Piscinas
La Ley de Control de Infecciones y la norma DIN 19643 regulan los requisitos microbiológicos, químicos y físicos de las aguas de baño. Su cumplimiento es un asunto de máxima prioridad en el contexto de la operación de una piscina cubierta o al aire libre. Pero para que los visitantes de una piscina se sientan bien se requiere más: la temperatura del agua y la humedad del aire deben ser agradables, el agua ha de transportarse y moverse para que funcionen los toboganes y las atracciones y para evocar la sensación de estar en la playa y –mientras que en una piscina al aire libre cuidan el viento y el sol de que haga tiempo de baño– en la piscina cubierta son los sistemas de calefacción y de aire acondicionado los que se encargan de esta tarea.
Las piscinas son sistemas técnicos complejos y el funcionamiento seguro y rentable de una piscina, tanto de una piscina cubierta como al aire libre, supone un elevado nivel de control en cuanto a la técnica operacional. Sólo el planteamiento integral y el control integrado de los sistemas de tratamiento de agua, de circulación, de calefacción y de aire acondicionado, de las centrales de cogeneración termoeléctrica y de energía solar térmica, permiten reducir los costes operativos y obtener una operación rentable y fiable de una piscina.
Desde más de 20 años, BNA se dedica al desarrollo y a la construcción de sistemas de control y de vigilancia para piscinas cubiertas y al aire libre. Dedicamos especial atención al óptimo control energético de las técnicas operacionales, a la integración de generadores de energía económicos, considerando a la vez los números de visitantes y la situación meteorológica. Con un sistema de control integrado, BNA ayuda a los operadores de piscinas a reducir sus costes de energía y de producción, conservando al mismo tiempo los placeres del baño.